15.11.13

La importancia de las familias.


Mi hermano se casó. Sí, como lo oyen; aquel niño de chapitas al estilo Heidi, con peinado de Benito Juárez, que era un crack para el fútbol y se enojaba cuando la gente preguntaba si éramos gemelos, no sólo decidió retirarse de las canchas sino también de la soltería.

Pero más allá de hacer un recuento de lo grandiosa que fue su boda (siendo totalmente imparcial), de lo bien que me la pasé, de la muy buena peda que agarré al final de la fiesta (aguanté lo más que pude para recordar todo) o de lo felices que se veían mi carnal y su nueva celadora (un saludo cuñis :D) voy a hablar de un momento que me demostró cómo la familia puede levantarte en el instante menos esperado.

Todo había sido perfecto: la misa, el lugar, el coctel (benditos mojitos), la decoración, el clima, los invitados, ah sí ¡se me olvidaban los novios!, la música comenzó a sonar  y la gente ya estaba bailando cuando de repente ¡PUM! un amplificador tronó y nos quedamos con el sonido muy bajito (aquí es cuando explico el título de mi post). 

Estuvimos sin música casi una hora (o por lo menos así se sintió) y entre el estrés de la novia, los reclamos de mi hermano a los del sonido y la incertidumbre en general, algo sucedió:

Mis prim@s y sus respectivas parejas se pararon a la pista y comenzaron a bailar, a cantar y echar desmadre; el mensaje fue muy claro: no necesitamos la música para celebrarlos y no dejaremos que se sientan mal por lo que sucede. Así que en menos de lo que se imaginan los novios ya estaban en la pista otra vez, la gente bailaba y la tensión del ambiente se disipó, ¿necesito decir más? Sobra decir que en cuanto regresó el sonido ya estábamos enfiestados y de ahí en adelante todo fue increíble (¡cómo olvidar cuando llegó la banda!).

En fin, hace casi dos meses que mi hermano está bajo arraigo domiciliario con su nueva familia (otro saludo cuñis :D) pero no quería dejar de reconocer lo que sucedió ese día. Y para todos mis prim@s, tí@s, buelit@s, etc. les diré que quizá yo no sea el más hogareño pero los quiero con todo mi corazón. Gracias.

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