7.1.15

¡Bienvenida la magia!

Ayer fue un día muy especial para millones de niños y para varios de mis amigos que ya son papás/mamás: llegaron los Reyes Magos. Y más allá de clavarme en que mi FB se llenó de fotos de chamacos y juguetes (muchas gracias por eso, NOT), presumir los regalos que (no) recibí (¡sin Yolanda!) o hablar de la gente que se queja de estas fechas porque les encanta ser amargados sin importar que apenas está empezando el año, quiero hablar de algo que muchas veces olvidamos: la magia.

Y no me refiero a la de los ilusionistas que aparecen o desaparecen elefantes frente a ti (aplausos para ellos), sino a la que te hace sentir que algo es perfecto: la magia de una persona, de un lugar o de un momento.

No es casualidad que el año empiece con los Reyes Magos porque son quienes se encargan de hacer creer a los niños que todo es posible: basta con escribir una carta, pedir juguetes y ¡pum! el 6 de enero aparecen; hasta que alguien les dice que los Reyes no existen. Entonces dejan (dejamos) de creer en la magia.

Pero ¿por qué no creer que las cosas sí pueden pasar? ¿que podemos ilusionarnos? ¿qué nuestros sueños son alcanzables? ¿que la magia es real?

¿Cuánta gente se queja por cualquier cosa (llámese la situación del país, EPN, su trabajo, el dinero, etc.) y cuánta agradece lo que tiene? ¿en qué momento nos perdemos? Porque quizá hoy las cosas no sean como las imaginamos pero eso no significa que siempre será igual. O tal vez sí son como las queremos, pero nunca nos hemos dado el tiempo para entenderlo y valorarlo.

Vivimos entre tanta incertidumbre que a veces se nos olvida lo fácil que es ser felices.

Hoy pido con todo mi corazón que sea un año mágico: que todos los días tenga una razón para sonreír: en mi trabajo, con mi familia, con mis amigos, con quien quiera que se cruce en mi camino; que siga encontrando motivos para creer, que la vida me sorprenda como hasta hoy; que cuando me toque reencontrarme con el amor, lo que suceda esté lleno de magia desde el principio porque merezco que todo sea especial en mi vida.

Les deseo que siempre encuentren algo que los haga ser felices y todos los días se sientan como cuando tenían 5 años y descubrían los regalos debajo del árbol. Recuperemos esa ilusión.

Abramos los brazos a la magia que está esperando para sorprendernos. A la que ya está pero no hemos reconocido. A la que siempre estuvo y no supimos agradecer. A la que sí descubrimos y nos hizo felices.

Bienvenida la magia a nuestras vidas.


2 comentarios:

Myr dijo...

Qué bonito es lo bonito amigo! Y sí, también creo en la magia!

Iván dijo...

Qué gusto que creas en ella amiga, ¡a disfrutarla!